lunes, 30 de noviembre de 2015

¿Por qué mi gato me muerde?

El gato puede morder por distintas situaciones: por agresión, jugando, cuando no quiere más caricias… e incluso puede dar mordisquitos de amor. Conoce el motivo por el que tu gato muerde y sigue estos consejos.
Algunos gatos muerden: a veces muerden objetos, como los que padecen el trastorno pica, otras veces se muerden entre gatos y algunas otras nos muerden a nosotros.
A menudo, los que convivimos con gatos nos hacemos la pregunta de: “¿por qué mi gato me muerde de repente?” Y lo curioso de esa pregunta es que para nosotros sea “de repente”, cuando muchas de las veces el gato ha dado señales suficientes, pero en su lenguaje gatuno.
Hay muchos tipos de mordiscos y de situaciones, a continuación analizamos las más comunes para que encuentres cuál corresponde a tu gato.

Cuando morder es un juego para el gato

Los gatos son animales cazadores, y muchos conservan ese instinto de forma permanente. Entre sus juegos, el acecho y la caza son sus preferidos.
Los gatos que muerden nuestras manos al jugar suelen hacerlo porque nosotros les hemos acostumbrado a ello. Especialmente si se lo hacemos desde que son pequeños.
Cuando son cachorros nos parece gracioso que nos claven sus dientitos, pero cuando crecen ellos siguen pensando que eso es un juego, y no entienden que de repente no nos guste o, a veces, no distinguen que en ese momento estemos usando las manos para otra cosa.
El consejo es evitar las manos para los juegos, desde pequeños. Es preferibleutilizar otros juguetes adecuados como plumas, cañas, etc. Estos juguetes estimulan a la caza y al juego, y evitan mordiscos no deseados.
Otros gatos también tienen la costumbre de cazarnos las piernas, los bajos de los pantalones, etc. El consejo sería parecido, utilizar otros juguetes para llamar su atención. Si lo que le gusta al gato es el movimiento, y cuando tú te mueves salta a morderte las piernas, utiliza pelotas, ratoncitos, plumeros, etc. para que el gato desvíe su juego a eso.
escoger un buen rascador también te ayudará a evitar accidentes no deseados.

Cuando no quieren más caricias o mimos

Como en todo, cada gato acepta nuestras atenciones de manera distinta. Hay gatos a los que les encanta que les acaricien y les carguen en brazos, y otros que no. Del mismo modo que algunos se hacen amigos de cualquiera que venga, y otros huyen de los desconocidos.
Si convives con un gato es importante que observes qué tipo de caricias le gustan, cuándo y cuántas.
Una situación muy común es que acariciemos a un gato y, de repente, nos clave las uñas o nos muerda. Normalmente estas situaciones no se dan de repente, ya que el gato ha emitido señales previas en su lenguaje corporal.
Algunas de estas señales del gato que dicen “deja de tocarme” suelen ser que pare de ronronear, que se gire boca arriba y/o que mueva la cola de un lado para otro.
Este rechazo a mimos se puede dar porque ya tiene suficiente por ahora, o porque tal vez estás tocándole en una parte que no le gusta. La barriga suele ser un punto delicado para todos los gatos, y la parte trasera del cuerpo. A Kato le encanta que le acaricies por la espalda y el culete, pero Conxa odia que toques esa parte.
La clave para evitar estas situaciones es observar al gato y a las señales que nos emite. Y en el momento en que empiece a mostrarse inquieto, parar de acariciarlo.
En caso de que sea demasiado tarde, si el gato nos está clavando los dientes o la pata, lo mejor es no moverse hasta que pare. Si apartamos la mano puede empezar una agresión de verdad. Otro truco es lanzar un objeto o juguete con la otra mano, para desviar su atención.